La movilidad y la gestión de dispositivos móviles dentro de las compañías se han convertido en una necesidad apremiante para ganar competitividad, mejorar la calidad de los servicios y mejorar en eficiencia y rapidez. En este contexto, una buena parte de las empresas han comenzado a implementar soluciones que permiten gestionar el uso de dispositivos móviles dentro de la organización, sin embargo, a la hora de decidir el tipo de estrategia a seguir, suelen asaltar dudas sobre si abordar una estrategia MDM (Mobile Device Management) o una MAM (Mobile Application Management).
Tanto MDM como MAM son soluciones de gestión y control, pero cada una afecta a escalas diferentes: mientras que MDM ejerce un control del propio dispositivo móvil (activación del dispositivo, jerarquía de perfiles, mail seguro, control de acceso a información corporativa, etc.), MAM ofrece un sistema de seguridad más granular que llega hasta la gestión de las aplicaciones, tanto en lo que respecta a su usabilidad y el funcionamiento de las mismas como al control que se puede ejercer sobre su uso.
A modo de ejemplo, de la misma manera que una organización se asegura de que los PCs de los empleados tengan los permisos y aplicaciones requeridas para realizar su trabajo y, a la vez, monitorea el uso que se hace de estas aplicaciones, se debe también asegurar que se tengan todos los dispositivos móviles bajo control. Escalando esta comparación al terreno de la movilidad, MDM estaría cubriendo la primera fase, es decir, realizaría la gestión de los dispositivos y ejercería como un sistema único con toda la información relacionada con el control de sistemas, mientras que MAM nos proporciona la gestión de la segunda, es decir, la gestión y control de las aplicaciones.
Teniendo en cuenta esta premisa, si una empresa cuenta con una red de cien empleados que utilizan dispositivos móviles solo para recibir el correo y hablar por teléfono, lo que se necesita es controlar los dispositivos para ofrecer acceso a cierta documentación de la intranet o para evitar que los usuarios se instalen aplicaciones de chat, como WhatsApp, etc. Ahora bien, si todos estos empleados que están en movilidad utilizan aplicaciones empresariales para realizar su trabajo (como ocurre en el sector seguros o de servicios con grandes equipos de fuerzas de venta o servicios técnicos que trabajan en movilidad), será necesario asegurar las distintas apps que los empleados utilizan y así como su uso.
Costos y retornos
Una buena noticia a la hora de plantearse una estrategia para gestionar el uso de dispositivos y aplicaciones móviles en las empresas es que no se trata de soluciones muy caras. La mayoría se suelen ofrecerse bajo la modalidad de Software as a Service (SaaS) o pago por uso, con lo que es posible ajustar la inversión al número de usuarios y a la utilización que se hace de la misma. De este modo, el costo no ha de suponer una sobrecarga excesiva en los presupuestos del departamento de TI.
El retorno de la inversión, por su parte, se produce a corto plazo y, aunque depende de la inversión inicial que haya realizado la compañía, en el caso de que estemos hablando de una solución MDM, rápidamente se detectará una evidente mejora y automatización de los procesos en los departamentos de sistemas, que verán aumentada su productividad gracias al ahorro de tiempo en desplazamientos y a la posibilidad de ofrecer asistencia técnica en tiempo real.
Si nos centramos en las soluciones MAM, a la hora de valorar el retorno de la inversión, se debe tener en cuenta la optimización de los procesos y la del trabajo de aquellas personas que basan su día a día en el uso de dispositivos móviles.
El primer paso, por tanto, para abordar una estrategia de movilidad y gestionar el uso de dispositivos móviles en las empresas es realizar un análisis detallado de las necesidades de los equipos en movilidad y tener claro el objetivo que persigue la compañía a la hora de implantar la solución (qué aplicaciones es necesario movilizar y qué grado de gestión de la seguridad se va a aplicar). Conocer el alcance que debe tener la estrategia de movilidad que se va a ejecutar y partir de un esquema de necesidades que permitan sacarle el máximo rendimiento a la solución es la clave para que el proyecto sea un éxito.
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