Es casi un hecho que las empresas están implementando las soluciones de ERP antes de poner la casa en orden. Lo ideal sería que empezaran a mirar hacia adentro de la organización y hacerse las siguientes preguntas:
· ¿Quiénes somos como empresa?
· ¿Qué haremos a corto, mediano y largo plazo?
· ¿Qué buscamos a futuro?
· ¿En qué estado se encuentran los procesos de la compañía?
· ¿Cuáles son las áreas de más oportunidad?
· ¿Tenemos identificadas nuestras fortalezas y debilidades?
En términos generales, si la respuesta a las preguntas anteriores es “negativa”, es ahí cuando se inician los problemas en la organización ya que esto significa que la tecnología direcciona al negocio, cuando al contrario; el negocio debería direccionar la tecnología.
En la mayoría de las empresas se preguntan cuál es el retorno de inversión (ROI) al implementar un ERP. No obstante, adquirir únicamente el software sin pensar en el negocio no genera un impacto positivo, sin importar que tan bueno sea éste.
Las organizaciones deben tener apertura y flexibilidad al momento de cambiar sus procesos debido a que éstos se mantendrán a lo largo del tiempo. ¿Dónde está la verdadera transformación? ¿Cómo la empresa espera un retorno de inversión si no permite hacer cambios?. En este escenario se podría incluso esperar una baja en el rendimiento, esto querría decir ERP vs. ROI. En todo caso, lo que deberían preguntarse es cuánto ha cambiado su empresa después de la implementación de un ERP, por ejemplo:
· ¿Cuánto logramos disminuir los costos al implementar los cambios en los procesos?
· ¿Cuál fue el incremento de la productividad?
· ¿Cómo hemos crecido en comparación con nuestros competidores?
· ¿Es más sencillo el acceso a mi información?
· ¿La información de mi empresa es más confiable?
Es por ello que debemos cuidar durante la implementación el modelo de la metodología; ésta debe contar con una plataforma sólida basada en experiencias del negocio.
Con el objetivo de apoyar a los clientes y alcanzar los resultados deseados, el equipo del proveedor debe poner atención a siete etapas:
1. Descubrimiento.
2. Estrategia.
3. Análisis del negocio.
4. Educación (Capacitación).
5. Configuración de la aplicación.
6. Evaluación.
7. Despliegue (GO).
Podemos decir que implementar una solución de gestión como el ERP es una inversión en algo más que tecnología; es una inversión en “su negocio y su gente”.
No es difícil integrar un sistema dentro de una organización y dejar que el equipo trate de usarlo como herramienta. El desafío está en implementar el sistema como una cultura empresarial que se convierta en parte integral del desarrollo de su negocio y el cumplimiento de la visión de la compañía.
En conclusión, la próxima vez que busque implementar un ERP en su empresa, responda primero a las siguientes interrogantes: ¿Estoy buscando la transformación de mi negocio con mejores procesos, productividad y mejor costo? Si su respuesta es sí, su empresa está lista para una implementación exitosa de un software de gestión ERP.
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